Ataviada en tonos verdes, un lazo adorna tu cuello, tu cabellera engalanada con una corona floral. Tu semblante se oculta tras un enigma, pero tu atractivo es innegable. Eres una belleza singular, una flor que se distingue.
Tu identidad y procedencia son un enigma para mí, pero anhelo conocerte, desentrañar tus sentimientos. Tal vez compartamos anhelos, gustos o pasiones afines, o quizás nuestras almas sean divergentes, con pasiones dispares.
Una certeza prevalece: tu estilo y gracia ejercen una fascinación en mí. Desearía observarte, aunque sea desde lejos, pues eres una auténtica obra de arte, una joya preciada.