Bajo el cielo azul, en un jardín adornado con flores de tonos rosa y morado, se encuentra una escena en la que dos almas parecen haberse perdido en el tiempo, envueltas en el encanto de la época victoriana. Sus vestimentas evocan una elegancia perdurable, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para preservar su belleza. Un arco de piedra se alza majestuosamente, un testigo silencioso de un amor que trasciende eras. La suave luz que baña este escenario solo añade más misterio y romanticismo a esta escena. Quiénes son estas enigmáticas figuras y qué secreto comparten, es un misterio que solo el destino puede desvelar.
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